Hace más de un año que Aetil perdió a su marido Hadar en un accidente mientras herraba a un caballo, ella era una de las costureras más notables de Dol Amroth, pero ese hecho marco su forma de ser, ella una rolliza mujer de 45 años, en la flor de la vida se veía sola, ya que no pudieron concebir hijos. Fue por eso que un día se armó de valor y decidió dar un cambio brusco a su vida. Había escuchado historias sobre usûlun y sus calidades en lana y algodón. Así que decidió volver a empezar y dejar atrás la ciudad donde había vivido toda su vida y los últimos 20 acompañada del amor de su vida; y partir hacia usûlun.